La calidad de vida, comprendida de manera multidimensional, biológica, psicológica, social y ambiental, más una dimensión de desarrollo de capacidades y sentimientos subjetivos de bienestar, con énfasis en el desarrollo de las capacidades humanas, ha sido interés permanente de la Universidad El Bosque desde su origen. De esta manera, mediante el enfoque biopsicosocial y cultural (BPSyC), se insta a identificar las necesidades, así como a fomentar las capacidades humanas necesarias a desarrollar según las formas en que las personas viven, las relaciones que experimentan y las libertades que dichas personas deben ejercitar.

La salud y sus aspectos psicológicos y mentales, y los componentes sociales, culturales y antropológicos contribuyen al estado de bienestar o de salud tanto del individuo como de la sociedad y es ahí en donde se estrecha la interrelación entre los conceptos de salud, bienestar, calidad de vida y el eje transversal del enfoque BPSyC.

Estos fundamentos, que iniciaron con el programa de Medicina, se extendieron a todas las disciplinas, encontrando cabida en pregrados y posgrados de todos los campos de conocimiento y todas las funciones sustantivas de nuestra Institución.

El origen de este reto se constituye en la capacidad y la habilidad para influir a través de la educación, la investigación, la creación y la innovación social en todos los sectores de la sociedad, tomando como base fundamental la experiencia de la comunidad universitaria, especialmente la que se evidencia en la trayectoria de los graduados a nivel nacional e internacional para constituirse en referentes y gestores principales en el diseño de políticas públicas y asesorías que impacten el desarrollo social y económico.

Para responder a este reto es necesario que la Universidad El Bosque amplíe su participación en escenarios públicos y privados, nacionales e internacionales, donde se oriente el devenir de temas relacionados con la salud y calidad de vida, y tenga un mayor reconocimiento en proyectos de investigación y extensión. Para esto, se tendrá en cuenta el estudio de medición de impacto y posicionamiento en diferentes métricas tanto nacionales como internacionales.

El esfuerzo del desarrollo de productos y servicios innovadores y pertinentes para los escenarios cambiantes del siglo XXI son guiados por las necesidades de los grupos de interés y los contextos, la capacidad de respuesta y adaptación a los cambios, la velocidad de introducción de nuevas tecnologías, entre otros.

Para responder al reto la Universidad El Bosque propone transformar su oferta educativa, en donde el diseño sea cada vez más flexible, diverso, a la medida, centrado en el estudiante, con el fin de brindarle múltiples y mejores opciones de formación, con el uso de tecnologías emergentes, que respondan a las dinámicas actuales de producción de conocimiento y ala desempeño laboral y, asimismo, que garanticen la obtención de los resultados de aprendizaje con los más altos estándares de calidad.

De esta manera, los objetivos, la estrategia y las capacidades del presente plan se alinean al desarrollo de habilidades y competencias requeridas para el desempeño exitoso en todas las dimensiones del ser humano y en ambientes complejos de desarrollo para cada uno de los grupos de interés de la Universidad.

Los nuevos modelos organizacionales para las universidades requieren de una mayor eficiencia y eficacia por parte de ellas, en donde se consoliden las alianzas entre instituciones de educación superior, empresas y diferentes organizaciones sociales con servicios institucionales virtuales, que se fortalecerán en las unidades de servicio universitario.

Para la Universidad El Bosque las alianzas se desarrollan en un ejercicio colaborativo entre instituciones de diferente naturaleza para dar respuesta de forma innovadora a los requerimientos y problemáticas actuales en la gestión y producción del conocimiento para el acceso, la pertinencia y la equidad en los procesos de formación e investigación.

Ante este escenario, una de las oportunidades de acción para la Universidad es avanzar en la suscripción de convenios en el desarrollo de alianzas que permitan generar soluciones conjuntas desde el conocimiento y servicio. Esto da como resultado una sostenibilidad financiera y ambiental, favoreciendo el desarrollo local y regional.

Este otro gran eje de acción permitirá a la Universidad jugar un papel relevante como centro de relaciones mutuamente beneficiosas para adaptarse exitosamente a los grandes cambios venideros y al creciente valor de la consolidación del capital relacional o reputaciones, como herramienta duradera y sostenible de desarrollo organizacional.

Los desafíos que hoy afronta la humanidad en general y nuestra sociedad en particular asociados a la pobreza, desigualdad, polarización, violencia, entre otros, obligan a los agentes de cambio a trabajar en colaboración y cooperación para brindar soluciones complejas, de gran alcance, multifacéticas y a largo plazo, por eso para responder al reto es necesario que la Universidad lidere y trabaje de forma conjunta con la comunidad, empresa, emprendedores y Estado. Es así como la capacidad y disposición de formar parte de estos ecosistemas y construir relaciones de confianza se vuelve un factor estratégico para la Universidad y eje central que impulsa el cumplimiento de las metas y objetivos planteados en este Plan de Desarrollo.

El desafío de la transformación digital y la adopción de nuevas tecnologías en las organizaciones invita a una seria reflexión en la manera en que los campus universitarios interactúan con las personas y el medio ambiente, propiciando escenarios de aprendizaje y plataformas de gestión académico-administrativas de diversa índole en donde se facilita el desarrollo de diferentes modalidades de formación, investigación, extensión y proyección social así como experiencias, productos y servicios complementarios.

Para el siglo XXI, el campus universitario excede el espacio físico tradicional y comprende el espacio digital, como espacio formativo que surge de la interacción más efectiva y moderna de los actores de la educación con las tecnologías junto con las experiencias que reconfiguran el mundo actual, el cual no es parte de una geografía o situación específica, sino que se expande, para aprovecharla en pro del crecimiento institucional.

Con lo anterior, la Universidad pretende una transformación cultural digital acorde con la evolución de las nuevas tecnologías, obteniendo así un campus dinámico que tiene como característica principal su ubicuidad, permitiendo la conexión en tiempo real y en todo momento en los diferentes espacios, ampliando los horizontes corporativos y el alcance de las capacidades institucionales.

En este sentido, las formas de enseñanza, aprendizaje, gestión organizacional, de infraestructura, de movilidad, de bienestar y de relacionamiento se configuran en coherencia con la cultura digital, multicanal y dinámica de los productos y servicios disponibles para la comunidad universitaria.

Se asume que cada miembro de la comunidad es el campus mismo, y se evidencia la articulación entre variedad de escenarios, de actividades académicas, de investigación y extensión internos y externos a la Universidad, como otras instituciones de educación superior, empresas, el Estado o ámbitos de la sociedad civil, con el uso de recursos digitales y de gestión académico-administrativa para satisfacer los desafíos socioeconómicos, tecnológicos y de salud del contexto.

Para responder al reto, la Universidad implementará estrategias de apropiación y transformación digital que permitan impactar las actividades institucionales en pro de conseguir ambientes adecuados de formación, investigación, extensión y servicio dentro y fuera de la Institución física.

La sostenibilidad es el desarrollo que permite solucionar las necesidades presentes sin comprometer las generaciones futuras, “generando estrategias que promuevan el desarrollo económico y social” con equidad, a la vez que se protege el medio ambiente.

Este desafío se convierte en gran habilitador para dar respuesta a emergencias, manejo de crisis y continuidad de las operaciones, aspectos que caracterizan los ambientes VUCA y que son un elemento identificador de esta década, y al cual la Universidad debe reaccionar con agilidad y pertinencia. Por lo tanto, es necesario el desarrollo de estrategias de recuperación y la construcción anticipada de respuestas para atender impactos potenciales que puedan amenazar la continuidad de las operaciones, buscando salvaguardar los intereses de los grupos de interés, la gobernabilidad, la reputación y las actividades de creación de valor de la institución.

Para responder al reto, la Universidad El Bosque es consciente de la necesidad de transformar su arquitectura organizacional, fortalecer la toma de decisiones basada en información, fortalecer sus procesos académicos y administrativos, así como el fortalecimiento de su modelo organizacional en procura de la competitividad y el cumplimiento óptimo de la misión a lo largo del tiempo.